
El Mundial de fútbol Chile sub-20 constituye uno de los eventos más importantes que se haya organizado por nuestro país en la historia, y por ende, debe constituir orgullo para quienes participaron activamente y para quienes de diversa manera aportaron para que todo haya resultado a la perfección.
Por naturaleza propia, tal vez por un tema cultural o simple sesgo, será difícil que los reconocimientos vengan desde nuestra propia vereda, aunque, seguramente a nivel internacional seguirán los halagos para tan perfecta cita mundialista que tuvo como organizador a Chile.

En tiempos de cuestionamientos a la actividad del fútbol, y en que muchas veces, de manera injusta se apunta a personas, más que a los procedimientos y estructuras a las cuales seguramente hay que revisar, hoy es válido rescatar el trabajo que realizó la Federación de Fútbol de Chile, encabezada por el titular Pablo Milad, quien en compañía de Jorge Aguilar, Presidente del Comité Organizador Local (COL) de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Chile 2025 y el Director Ejecutivo, Felipe de Pablo, más un disciplinado contingente, planificando y ejecutando de manera adecuada.
El trabajo del COL, supo congregar autoridades y empresariado privado, con el único fin de ubicar en lo más alto el nombre de nuestro país y el fútbol chileno, logrando un trabajo cohesionado que es plataforma para los desafíos que tiene nuestra actividad profesional, ya sea en el ámbito local como internacional. En tanto, el Ministerio del Deporte aportó con lo suyo, fortaleciendo la infraestructura existente, entre otras importantes materias.

“Chile se la pudo” y esta cita es sinónimo de orgullo para el país, en general.
Los entes partícipes, asumieron que era una tarea colectiva, sin apropiarse derecho alguno, ya que el evento constituyó un “evento país”, todo bajo el mandato de la FIFA que lideró un trabajo de excelencia mundial.
Estadios colmados de público, comportamiento perfecto, organización de primer nivel y partidos de gran factura técnica, fue la tónica apreciada en cada jornada.
El riesgo era altísimo, por cuanto el ambiente del descrédito y la búsqueda del material negativo está a la orden día. Compromiso y profesionalismo en todas las áreas fue la tónica vivida en cada sede, tanto de funcionarios como también del voluntariado, que es reconocido como clave en este majestuoso evento planetario del cual Chile fue, ni más ni menos, el organizador, honorable responsabilidad asumida cabalmente. Chile cumplió y eso lo valora el mundo entero.
Gráfica: FIFA.COM



