Día sin fumar: Preocupación por alto tabaquismo en Chile

   
   
Dejar este mal hábito reporta beneficios inmediatos: se reduce la presión arterial, la frecuencia cardíaca elevada, y los niveles de monóxido de carbono circulantes en la sangre, entre otros.  Experto de la UTalca indicó que más del 33% de las personas adultas fuman, la cifra más alta de Latinoamérica.   Cada 31 de mayo se conmemora el Día Internacional Sin Fumar, para instar a las personas a evitar este mal hábito que provoca numerosas enfermedades, la mayoría de suma gravedad y mortales.  En este contexto, el académico Eduardo Fuentes, del Centro de Investigación en Trombosis (CIT) de la Universidad de Talca, y quien ha trabajado en proyectos relacionados a enfermedades cardiovasculares, detalló que en Chile “cerca de un 33,3% de los adultos fuman, siendo la cifra más alta en Latinoamérica”.  “El tabaquismo causa en los vasos sanguíneos un estado de hipercoagulación, vasocontricción y daño en su interior, en el endotelio. Puede suceder en fumadores habituales u ocasionales, que a la larga van a presentar alguna enfermedad cardiovascular”, comentó. El investigador planteó que las enfermedades de arterias coronarias son las más comunes en este grupo y se observa que son los fumadores quienes presentan mayores daños y riesgos.  “Realizamos un estudio para determinar la relación entre los factores de riesgo cardiovascular y el número y gravedad de lesiones ateroscleróticas en las arterias coronarias, analizando datos de pacientes con angiografía coronaria, que llegan de urgencia a un centro asistencial. Observamos que los pacientes con más daño y riesgo eran los fumadores, incluso exfumadores también tenían lesiones ateroscleróticas, porque el tabaco genera un daño en el vaso sanguíneo, inestabilidad de placas de ateroma y activación de una de las principales células que causa el trombo: las plaquetas”, expresó.  Número de cigarros  Por su parte, la académica del Departamento de Salud Pública de la UTalca, Macarena Said, añadió que la probabilidad de desarrollar estos eventos coronarios agudos se relaciona -directamente- con el número de cigarrillos consumidos al día y con la cantidad de años desde que se inició la adicción tabáquica.  “De ahí viene la pregunta habitual que se hace en la consulta sobre cuántos cigarros fuma una persona y hace cuánto tiempo, ya que existe una relación directa que anticipa la enfermedad coronaria en personas cada vez más jóvenes”, indicó la profesora.  Said señaló además que “este hábito nocivo se asocia a niveles más elevados de ácidos grasos libres, triglicéridos y colesterol total, que son los que a la larga se acumulan en los vasos sanguíneos y los dañan, provocando eventos agudos en las personas y hasta la muerte o dejando secuelas en el organismo que van deteriorando la salud y la calidad de vida y la vejez de las personas”.  Sustancias nocivas  La académica informó también que “el cigarro, además de tabaco, contiene más de siete mil sustancias químicas irritantes y cancerígenas, que son causa directa de muchas enfermedades, algunas mortales”.  La experta indicó que, junto con esto, la nicotina produce diversos efectos físicos, que causan una sensación de plenitud y que se asocian como la principal causa de dependencia en quienes consumen este producto y por ello al intentar dejar de fumar, se presentan síntomas de abstinencia, como lo es la irritabilidad y la exacerbación de episodios de ansiedad.  “Cuando se quema un cigarrillo, además de ser nocivo para nuestro cuerpo, se generan elementos contaminantes para el medio ambiente, que quedan en la atmósfera que todos respiramos, contaminando el suelo y el agua”, precisó.  “Hay que mencionar que, en el contexto actual de pandemia, el tabaquismo se asocia -además- como un factor de agravamiento del Covid-19″, resaltó.La especialista en salud pública recalcó que “nunca es tarde para detener este hábito nocivo. Al hacerlo podemos notar beneficios inmediatos y a largo plazo, como reducir casi inmediatamente la presión arterial y de frecuencia cardíaca elevadas. En menos de un día se logra disminuir los niveles de monóxido de carbono circulantes en la sangre. En un mes se mejora la circulación y la función pulmonar y luego de seis meses se puede ver mejoría en la tos y la dificultad para respirar. A largo plazo, disminuye el riesgo de producir enfermedades crónicas y la muerte prematura”, enfatizó

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